Don Juan Tenorio, salvación o condena

La obra Don Juan Tenorio de Zorrilla es sin duda una obra que todos tendríamos que leer alguna vez en la vida, a parte de por los valores que te pueda enseñar, como la bondad o la fe entre otros, porque es una obra muy entretenida y que todos hemos oído alguna vez sin saber que se trataba de esta.
Antes de haber leído la obra ya el año pasado, conocía la frase tan peculiar de Don Juan hablando de sus conquistas
"Esto escribí; y en medio año
que mi presencia gozó
Nápoles, no hay lance extraño,
no hay escándalo ni engaño
en que no me hallara yo.
Por donde quiera que fui,
la razón atropellé,
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé,
y a las mujeres vendí.
Yo a las cabañas bajé,
yo a los palacios subí,
yo los claustros escalé,
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí."
Y después de leer la obra entera me gustó tanto que me hizo ilusión volver a leerla este año.
De esta historia hay más de una versión como puede ser El burlador de Sevilla de Tirso de Molina, en la que el final cambia y Don Juan en vez de conseguir la salvación e irse al cielo con Doña Inés, es condenado y acaba en el infierno. A mí en lo personal, aunque me parece que ambas opciones son correctas y que está bien el mirar como serían las dos opciones que tiene Don Juan por todos los pecados cometidos, yo ne quedaría con la de Zorrila, la salvación de Don Juan, y es verdad que tendría sentido que fuera castigado por todo lo que hizo en el pasado y siguió haciendo hasta morir, pero me parece que la posibilidad de la salvación hace también algo más humano al personaje, arrepintiéndose de todo al final y queriendo la salvación.

A partir de esta obra se ha utilizado la palabra donjuán para referise a "un hombre seductor o conquistador" según la RAE, esta palabra se sigue utilizando, aunque no tanto hoy en día, para referirse a alguien que es un mujeriego.

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