Don Juan Tenorio: El burlador de Sevilla

La obra de don Juan Tenorio, pese a tener más de una versión escrita, y haber sido representada en televisión o teatro; en todas coincide el mismo argumento, un hombre que se burla de las mujeres haciéndolas creer que va estar con ellas para luego dejarlas tiradas.
Nosotros en clase, hemos profundizado en la versión de Zorrilla, en la que dos conocidos se reúnen después de un año en una taberna para contar sus fechorías y ver quién es el peor de los dos. Lo que ellos no sabían era que también estaban el padre de uno de ellos, don Diego Tenorio, padre de don Juan Tenorio, y don Gonzalo de Ulloa, futuro suegro de don Juan; estos al escuchar las barbaridades que ambos hicieron, quedan horrorizados y don Gonzalo niega que su hija, doña Inés, se case con don Juan. Ambos no satisfechos deciden añadir dos conquistas más, en las que una de las mujeres serían, la susodicha doña Inés, y la otra sería doña Ana de Pantoja, la futura mujer de don Luis Mejía, el otro caballero; pero ambos son llevados a la cárcel, consiguiendo salir gracias a la ayuda de sus criados. Y don Juan, tras engañar a doña Inés, sacándola del convento en el que se encontraba, se encuentra con el padre de esta y con don Luis y, tras un forcejeo, los mata.
Don Juan escapa de Sevilla para volver unos años después y darse cuenta de que con el tiempo también murió su padre y su amada doña Inés, a la cuál ve cobrar vida en una estatua y ella le dice que no tiene mucho tiempo. Este burlón, estando en el panteón dónde están enterados todos ellos, decide invitar a don Gonzalo a cenar con él y sus amigos Centellas y Avellaneda, pensando que don Gonzalo no se presentaría, pero lo hace y don Juan pensando que es una broma de sus amigos, decide batirse en duelo con ellos, muriendo así; y él viendo que ya está muerto decide suplicar el perdón para ir al cielo con su amada doña Inés, acabando así la obra con un final feliz.
Pero esta no es solo la única versión de la historia, pues en la obra El burlador de Sevilla y convido de piedra de Tirso de Molina, el final de don Juan no es igual de bueno, sino que muere muere y es llevado a los infiernos por don Gonzalo, siendo así castigado por todas sus maldades.
Es una obra que en parte ya conocía, ya que ya me sabía uno de los trozos más memorables de toda la obra " y en medio año que mi presencia presencia gozó Nápoles, no hay lance extraño, no hay escándalo ni engaño en que no me hallara yo.
Por donde quiera que fui, la razón atropellé, la virtud escarnecí, a la justicia burlé, y a las mujeres vendí.
Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí, yo los claustros escalé, y en todas partes dejé memoria amarga de mí. "
Es una historia que al principio pensaba que no me iba a gustar mucho, y según íbamos leyéndola iba cambiando de opinión hasta una vez ya terminada, pudiendo decir que posiblemente sea uno de mis libros favoritos.

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